Una mortaja wari en Ancón

En la imagen se puede apreciar una parte de un gran uncu o poncho de algodón que sirvió de mortaja a un individuo enterrado entre los años 600 y 1000 en las arenas de Ancón, al norte de Lima. El estilo es inconfundiblemente wari pero de inspiración tiahuanaco.


Separados por bandas rojas, varios pares de personajes se dan la espalda mutuamente. Todos están de lado y muestran en sus ojos una división blanco/negro clásica en el arte wari, que algunos estudiosos identifican con las fases de la luna. Los personajes son de dos tipos. El primer tipo tiene la nariz triangular, lleva arco y flecha en una mano y, en la otra, un bastón que termina en una cabeza cortada. A sus pies sobresale la cabeza de un ave. Tiene dos compañeros: Un animal cuadrúpedo (¿perro? ¿zorro? ¿felino?) y un ave.




El otro personaje tiene un apéndice circular sobre la nariz, alas en la espalda y un bastón que lleva en la única mano visible. Parece estar sentado pues sólo se ve unos de sus pies y la rodilla flexionada. Detrás de él, bajo las alas, sobresale otra cabeza animal con el mismo apéndice circular en el hocico.


Los diseños casi no varían pero los colores de cada uno de los detalles sí. La pieza fue admirablemente conservada gracias a la sequedad del desierto costero y pertenece a la colección del Museo Etnológico de Berlín, entidad a la que pertenecen las fotografías. A continuación mostramos la pieza completa


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