Las estatuas decapitadas de Moxeque
La Expedición Arqueológica de 1937, dirigida por Julio César Tello, llegó al Valle de Casma, en Ancash para estudiar varios grupos de ruinas antiguas que estaban en riesgo por la expansión agrícola. Ahí, al lado de los campos, se concentró en lo que a primera vista era un gran montículo de piedras y barro que los hacendados locales querían eliminar para ganar nuevas tierras. Tello y su equipo, con el ojo ya entrenado en estos asuntos, sabían que ese no era un montículo natural.
Empezaron a excavar y encontraron una pirámide escalonada de 3500 años de antiguedad. Alrededor de uno de sus escalones, embutidas en nichos de piedra, aparecieron inmensas estatuas de personajes de barro cuyas cabezas, si alguna vez las tuvieron, habían sido destruidas en un tiempo remotísimo.
Luego de varios días de fotos, los diagramas y las mediciones de rigor, Tello decidió levantar el campamento y continuar con su expedición. Les hubiera encantado quedarse más tiempo, excavando y estudiando todo con mayor profundidad... pero su labor no era saberlo todo sino marcar el camino: Tello estaba creando un registro de centros arqueológicos que los investigadores de los próximos años tendrían que estudiar con más detalle . Sólo durante 1937 Tello visitaría, con esa misma política, 31 sitios arqueológicos en los departamentos de Lima, Ancash, La Libertad, Cajamarca y Amazonas, deteniéndose en muchos casos a excavar durante semanas y descubriendo sitios completamente desconocidos para la historia precolombina (como Sechín y Kuntur Wasi).
Pero eso no significa que 1937 haya sido un año atípico para el gran arqueólogo peruano. Entre 1919 y 1945 hizo 30 campañas similares. Y aún así se daba tiempo para dictar clases en colegios y universidades, crear museos (como el Nacional de Arqueología o el de San Marcos), ser diputado (promoviendo en el Congreso diferentes dispositivos legales para la protección del patrimonio histórico) y publicar decenas de trabajos sobre la historia del Antiguo Perú introduciendo un enfoque enteramente novedoso que tomaba en cuenta la geografía, la ecología, la antropología cultural y hasta la medicina como herramientas para conocer el pasado. Por estos y otros méritos se le considera el padre de la arqueología peruana y por eso el día de su cumpleaños (hoy, 11 de abril) es el Día del Arqueólogo en el Perú.
Pero... ¿qué paso con las estatuas de barro de Moxeque? Por qué no hemos visto fotos modernas de ellas? Tello ordenó a su equipo que, antes de partir, las enterraran de nuevo, de la manera más cuidadosa posible. Entendió que si las dejaba descubiertas, a la intemperie, en medio de una zona agrícola, expuestas a la humedad y sin la posibilidad de poner un vigilante a cuidarlas, las estatuas se desintegrarían en pocos años, como tantas otras antiguas construcciones de barro en el Perú. Y ahí permanecen, escondidas, hasta el día de hoy
Lo que se sabe de este lugar
El sitio de Moxeque fue excavado posteriormente por los esposos Tomas y Sheila Pozorski, quienes comprobaron que esta pirámide formaba parte del cercano conjunto arquitectónico Pampa de las Llamas, una enorme ciudad que estuvo habitada entre el 1800 y el 900 a.C. De hecho la pirámide de Moxeque era el límite sur de dicho asentamiento y se alineaba perfectamente con un edificio excavado por los Pozorski (llamado Huaca A) en el extremo norte del mismo. En medio de ambas construcciones había una enorme plaza, que hoy está parcialmente cubierta por los campos de cultivo. A los lados de la plaza se levantaban dos conjuntos de construcciones más pequeñas con claras evidencias de haber servido como viviendas.
Moxeque habría sido el principal monumento de culto religioso de esta población. El hecho de no mostrar cuerpos completos en lo que queda de sus estatuas inevitablemente recuerda al cercano sitio de Cerro Sechín, famosa por sus lajas de piedra con representaciones de personajes mutilados. Sobre su significado se han tejido innumerables conjeturas que hasta el momento no se han podido probar, desde que se trata de representaciones de sacrificios humanos, batallas rituales o monumentos conmemorativos de una masacre importante o que constituyen las imágenes de un extraño panteón religioso.
La Huaca A, en cambio, habría sido la parte administrativa de Pampa de Las Llamas. De hecho se ha encontrado en su interior abundantes evidencias de recintos que funcionaron como grandes almacenes de productos agrícolas.
¿Cómo llego a Moxeque?,¿Hay un museo de sitio o algo que ver?
ResponderEliminarLo mejor es alojarse en la ciudad de Casma y contactar con Herber Rodriguez .
EliminarSi llegas a Casma puedes contactarme y los guiare por todos los sitios arqueológicos de Casma. Mi número de celular es el 943561370. Los esperamos en Casma.
EliminarLo anotaré....
ResponderEliminarInteresantísimo, llegué aquí por una tarea de mi hija en el cologio y ya quiero aprender más..
ResponderEliminarme dirian que simbolizan las estatuas gigantes por favor
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