Los sorprendentes cazadores de Pucuncho (¡10,500 a.C.!)

Imagínense una época en que la sierra peruana era más fría de lo que es ahora. En que la nieve de los Andes no empezaba en los 5000 metros, como hoy, sino más abajo, a los 4000. No había llamas ni alpacas, sólo sus antepasados salvajes: los guanacos y las vicuñas. Correteaban por las quebradas algunas especies de venados y tarukas e incluso unos ciervos que ya no existen. La Amazonia era más seca y aún quedaban por ahí algunos armadillos gigantes. El mar estaba más lejos, las playas era más grandes. Faltaban 50 siglos para que se empiece a construir Caral... y cuatro mil años para que el hombre de Lauricocha fuera sepultado en una cueva de Junín. 

Las tierras de caza de los hombres de Pucuncho. En los tiempos en que caminaron por aquí la nieve cubría las montañas hasta el nivel de la pampa. En medio de la imagen, una tropilla de vicuñas. Foto: Kurt Rademaker / Science




Pero ya en esa época, lejanísima, contrariamente a lo que se creía, había hombres caminando por la sierra de Arequipa, al filo de las nieves perpetuas. Eran casi unos recién llegados. Y sorprendentemente ya estaban adaptados a la altura

Pero veamos el contexto para entender las muchas implicancias de esta nueva revelación.


La gran pelea del poblamiento americano


Una clásica Punta Clovis. Este tipo de herramienta caracteriza a lo que se creía era la primera cultura lítica americana. Foto: Museo Británico.
Hace no mucho se creía imposible que hubiera seres humanos en Sudamérica antes del 11,000 antes de Cristo. Eran muchas las razones pero las podemos resumir en dos:

  1. El hombre entró a América desde Asia a través del Estrecho de Bering. Pero una vez ahí se encontró con que no podía avanzar hacia al sur pues todo estaba cubierto con gigantescos glaciares. Hubo que esperar al 12,000 A.C. para que, al subir la temperatura y acabarse definitivamente la Era del Hielo, se abriera un corredor natural entre esos glaciares (el "corredor Mackenzie") 
  2. Las evidencias arqueológicas de ocupación humana más antiguos era las de la Cultura Clovis norteamericana, del 11,500 a.C. coincidía pues con la época de la apertura del Corredor. Estas conclusiones fueron informalmente llamadas el "Consenso Clovis".


Es por eso que cuando a fines de los años 70s se encontraron restos de actividad humana de 14mil años de antiguedad en Monte Verde, Chile, la mayoría de los arqueólogos puso el grito en el cielo: "Eso era imposible". Grandes peleas se originaron en la comunidad arqueológica americana. En una esquina estaban los que cuestionaban las técnicas empleadas para fechar los restos de Chile y en la otra los que cuestionaban el "Consenso Clovis". Nuevos descubrimientos de restos "pre-clovis" en Brasil, Argentina, México y los Estados Unidos agregaron más leña al fuego pues en algunos casos se comprobaron errores en los procedimientos de datación. 


Un esquema simplicado del camino del hombre hasta América. Haga click en la imagen para agrandarla. Elaboración: antiguoperu.com


El debate fue furioso e incluso estuvo lleno de adjetivos y ridiculizaciones mutuas. Tuvimos algo de eso en Perú, cuando se descubrió el supuesto Hombre de Pacaicasa-Pikimimachay al que se le atribuyó la increíble antiguedad de 20mil años pero poco después un nuevo estudio desacreditó ese fechado comprobando que hubo importantes errores en esa investigación. Esos errores desprestigiaron las ideas de un poblamiento temprano de América. Parecía que los del Consenso Clovis habían restaurado el orden. 



Puntas de tipo "Cola de Pescado" halladas en yacimientos de Chile y Argentina. Este es el tipo de puntas que se caracterizaba a los cazadores que poblaron Sudamérica por la costa en tiempos aún más antiguos que la Cultura Clovis. imagen tomada de Tomado de Nora Flegenheimer & Roxana Cattáneo : "Análisis comparativo de desechos de talla en contextos del pleistoceno final / holoceno temprano de Chile y Argentina". Magallania, vol, 41. No. 1 Punta Arenas, 2013



Pero los ataques fueron amainando, el diálogo reestableciéndose y el debate tornándose, poco a poco, más alturado. Hubo un momento decisivo: cuando algunos prominentes "pro-clovis" hicieron sus propios estudios en Monte Verde y tuvieron que admitir que, increíblemente, sí eran los restos más antiguos. Cómo era posible? 



Cráneo del Hombre de las Cavernas de Tulum, encontrado en México a principios de este año y que es, por el momento, el esqueleto completo más antiguo del continente. foto: CNN

Los últimos fechados de los restos humanos de Pedra Furada (Brasil, 17mil años) y Tulum (los más completos, descubiertos el año pasado en México y que tendrían 14,500 años) han cambiado completamente el panorama del poblamiento americano y lo han vuelto aún más complejo y fascinante: No se ha desmentido que hubo una gran migración de asiáticos desde Alaska hacia el sur del continente después de que se abriera el corredor Mackenzie. Eso sigue estando probado. Pero ahora tampoco se niega que hubo muchas incursiones de grupos más pequeños que no avanzaron por tierra sino bordeando las costas (sí, en embarcaciones) y visitando un continente vastísimo y despoblado, casi sin competir con nadie. 


Algunos de los sitios de ocupación humana más antiguos de Sudamérica y la ubicación de la línea de costa hace 12,000 años, que era diferente a la actual, por lo que es probable que muchos de los asentamientos de los hombres pre-clovis de Sudamérica se encuentren hoy debajo del agua. Adaptado de un mapa de National Geographic. 


Lo más increíble es que los estudios genéticos de algunos de los restos de estos americanos pr-clovis sugieren que no venían del norte de Asia sino del sur de ese continente e incluso de Melanesia. 

Los peruanos más antiguos



Es aquí donde empieza (nunca mejor dicho) nuestra historia. En la cuenca alta del Río Ocoña (Condesuyos, Arequipa), cerca del Volcán Solimana, en la microcuenca llamada Pucuncho se han encontrado tres sitios con restos de ocupación humana de hace 12,800 años. En estos refugios de roca hay abundantes evidencias de que los hombres que habitaron ahí se dedicaban a la caza de venados y vicuñas. Muy cerca de ahí hay un yacimiento de obsidiana, la piedra más adecuada para hacer herramientas de alta calidad. 



Uno de los abrigos rocosos estudiados. Foto: Kurt Rademaker / Science
Los cazadores de Pucuncho explotaron estas canteras y elaboraron con la obsidiana abundantes herramientas. Hay "raspadores" (utensilios empleados para curtir pieles animales para confeccionar abrigos) y puntas de lanza para la caza. A decir de uno de los investigadores responsables del hallazgo, Kurt Rademaker, los hombres de Pucuncho tenían "muchas razones para quedarse en ese lugar". 


El sitio de Cuncaicha, en la cuenca de Pucuncho. Se ve en ella a los dos investigadores principales: Kurt Rademaker y Sonia Zarrillo.  Foto: AP/Science


Evidencias de intercambio comercial


Algunos de los objetos encontrados ofrecen información sobre la dinámica social de esta sociedad: Es el caso de unas cuentas de collares elaboradas con conchas marinas, lo que significa que la gente de Pucuncho estaba en contacto con las comunidades costeras. De hecho hay una antigua comunidad de pescadores que data de la misma época en la costa de Arequipa, la Quebrada de Jahuay, donde se encontraron hace unos años herramientas de obsidiana virtualmente idénticas a las de Pucuncho.  ¿Significa eso que provenían de las mismas canteras de la cordillera? 

Raspador de piedra encontrado en el sitio arequipeño de Quebrada Jahuay. imagen tomada de http://www.unl.edu/rhames/monte_verde/peru_clovis.htm


Arqueólogos del equipo que hizo el descubrimiento. Foto AP/ Science
Excavaciones en el sitio de Cuncaicha. Foto: AP/Science

La misteriosa adaptación a las alturas 


Uno de los refugios estudiados, llamado Cuncaicha, tiene vagos restos de pinturas rupestres. El techo natural de piedra están ennegrecido por el uso permanente de fogatas que fueron encendidas ahí, utilizando como combustible los pastos resinosos de las alturas andinas. hay muchos restos de animales que fueron consumidos por los ocupantes (guanacos y tarukas) y de plantas comestibles (traídas desde altitudes menores). Todo esto indica que el sitio no era un refugio ocasional sino que estuvo ocupado durante largas temporadas. Y eso nos dice algo nuevo sobre la adaptación del ser humano a las alturas...


El Volcán Solimana, (6,323 m) en los Andes de Arequipa. Foto: Rumbos Perú


En efecto, hay cierto consenso en que el Tibet y los Andes fueron los últimos espacios de la Tierra habitable en donde el hombre se estableció de manera permanente. La razón de esa "demora" es que el organismo necesita una adaptación especial para soportar largos períodos en esas altitudes. Los hombres andinos, por ejemplo, tienen una capacidad pulmonar mayor que la del promedio de humanos y niveles más altos de hemoglobina en la sangre. Estas son adaptaciones evolutivas que se obtienen a lo largo de cientos de generaciones. Lo interesante es que el hombre de Puncucho no tuvo tanto tiempo para adaptarse: Hacía sólo dos mil años que sus ancestros habían llegado a América y ese, creían los especialistas, era un tiempo demasiado corto para desarrollar esas adaptaciones. Es absolutamente improbable que pudieran heredar esas adaptaciones de humanos tibetanos y de hecho ¡los pueblos más antiguos en las alturas del Tibet no son tan viejos como Pucuncho! Todo esto va a generar interesantes debates y cambiar algunos paradigmas no sólo en el terreno histórico/arqueológico sino en las investigaciones genéticas y biológicas.

Más información
  • La investigación ha sido dirigida por Kurt Rademaker, de la Universidad de Tubingia (Alemania) y Sonia Zarrillo de la Universidad de Calgary (Canadá) quienes publicaron el jueves 23 de octubre el estudio en la revista Science. Más información aquí (en inglés)
  • Sobre el sitio de Quebrada de Jahuay, donde estarían las herramientas más antiguas encontradas en el Perú, recomendamos este enlace (en inglés) : Clic aquí
  • Sobre el sitio de Monte Verde en Chile, el más antiguo actualmente aceptado de Sudamérica, recomendamos este enlace con un resumen de su descubridor: Clic aquí
  • Cobertura de Prensa del diario El País de España: Clic aquí

Pablo Chacón B.

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